Eres una sonrisa de Dios.
No des tu alma, no dejes que nadie decida por ti qué creencias espirituales debes tener.
Somos valiosos más allá de la edad o condición social.
El amor nos eleva por encima de las miserias humanoideas.
No sientes en tu mesa al egoísmo, la vanidad, la mentira, el cinismo, la prepotencia.
La soledad del alma es la peor de todas.
No hieles el latido de tu corazón ni sigas a los que te piden que traiciones tus principios.
Nunca matar a un ruiseñor fue bonito.
La vida es bella aunque se tengan cien años.
Practica el dar gracias por lo bueno que hay en tu vida
Ponte las alas.
Un texto de Rosetta Forner.
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