Una sociedad que ha trocado sus valores existenciales por el dinero, es una en donde la identificación con lo material puede alcanzar niveles enfermizos, al punto de NO QUERER ENVEJECER bajo ningún concepto.
Tomando en cuenta que el mayor bien MATERIAL es “nuestro” cuerpo, verlo ENVEJECER es señal inequívoca de que su “tiempo” está acabando y la tan mencionada Muerte, ya no es tan sólo un cuento, sino una REALIDAD.
De ahí que se genere una FOBIA A LA VEJEZ, traducida en desprecio, humillación e invisibilización de ojalá la mayor parte de este grupo etario, para que no nos recuerden este “negro” futuro.
Todo este fenómeno se potencia críticamente, si vivimos en sociedades, en donde hay un vacío de valores éticos, morales y cívicos.
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