domingo, 3 de junio de 2018

La historia del profesor Julio...


Julio casi todos los días hace el mismo recorrido de su casa al trabajo.

En el transcurso del día, siempre ve a más de mil personas, entre el metro, calle, trabajo, plazas, tiendas y todo su entorno.

De esas personas, 140 concuerdan con su carácter y podrían ser buenos amigos.
83 tienen los contactos necesarios con los que podría hacer buenos negocios.
36 son algunos de esos contactos, pero entre todas las personas que ve todos los días, solo una de ellas es su pareja ideal.

Ideal por cuestión de que es la persona que más se asemeja a lo que él necesita, y él a lo que ella valora. Como era de esperarse comparten gustos y pasatiempos, música, películas, libros etc.

Pero en otro tipo de gustos son totalmente opuestos y gracias a esto hacen que se complementen,
como por ejemplo; A el no le gusta trapear, pero sí lavar los platos, a ella no le gusta lavar los platos, pero sí trapear, a él no le gusta encargarse de las finanzas pero ella se dedica a eso y es muy buena.

Julio era maestro de Astronomía y le apasiona hablar de eso. Mientras que ella no sabe que es un tema tan interesante, hasta que él se lo platique.

A ella le gusta platicar de detalles insignificantes que a la mayoría le aburren. A Julio le gusta la forma en que ella explica y hasta cada uno de sus ademanes.

A ella le gusta preparar una extraña comida de Varsovia que a casi nadie se le antoja... A Julio le gusta comer de todo.

Julio cree que no le gustan los animales, pero lo que no le gusta es el desorden, la suciedad y los olores. A ella le gustan los peces excéntricos y Julio los terminaría amando. Se daría cuenta del meticuloso ritual para limpiar la pecera.

El hecho de sacar los objetos, limpiar, cambiar el filtro, acomodar y re acomodar los objetos decorativos, es algo que él no sabía que le gustara tanto, pues lo que odia de los demás animales es no tener el control. En la pecera, él controlaría el orden.

A ella le gusta salir con sus amigas de ves en cuando sin que su novio la siga a todos lados.
Él prefiere quedarse en casa y disfrutar su soledad.

A los dos les gusta la misma temperatura en la regadera, por lo que podrían compartirla sin ningún problema.

Pueden platicar y filosofar por horas sin aburrirse, podrían incluso disfrutar de estar callados, simplemente acompañándose. Entre muchos detalles más, que son simples pero a la vez importantes para ellos.

No solo comparten sus principios, metas y filosofías, sino que se complementan.

El 12 de abril, Julio regresa de su trabajo, se había quedado platicando 20 minutos más con un compañero. El metro se retrasó un poco y estos pequeños movimientos en su agenda, hicieron que Julio lograra coincidir en el mismo día en la misma estación y en el mismo momento con ella.

Cuando él se bajó del metro, ella estaba entrando a la estación y se detuvo en una maquina de refrescos.

En ese momento cuando Julio caminaba por el pasillo para salir, podría haber decidido ir por la otra salida. Si tan solo hubiera girado 17 pasos a la derecha y después 6 a la izquierda, hubiera encontrado a ella en la maquina de refrescos intentando sacar una agua que se había atorado, él la hubiera ayudado y se hubieran conocido.

Pero no fue así, él se siguió derecho y tomó la primer salida de la estación.

Esa vez él estuvo a 23 pasos de distancia de la mujer de su vida, a solo dos pasillos, estuvieron en el mismo momento donde las casualidades se habían dado, pero no lo suficiente.

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