Todas apuntan a la misma dirección, desde las tres ventanas se ve el mismo paisaje, la misma realidad.
Sin embargo, la ventana inclinada, nos dará una mirada con un ángulo distinto, la ventana con el vidrio roto, nos dará una mirada distorsionada, y la ventana en buen estado, nos mostrará el panorama tal cual es.
La mirada desde una ventana inclinada, puede ser negada o interpretada como una locura.
La mirada desde una ventana rota, genera distorsiones y puede generar la ilusión de que la vida esta llena de problemas y errores.
La mirada desde una ventana en buen estado, puede darnos seguridad y el control de que aquello que vemos, es una certeza inamovible, pero negando la existencia de otras ventanas.
Sin embargo, no podemos negar la existencia de las tres ventanas, existen los tres tipos de visiones. Lo que no existen son los problemas, solo ángulos desde los que exageramos o dramatizamos lo que percibimos.
Enderecemos la ventana inclinada, arreglemos la ventana rota y entonces podremos apreciar que la realidad siempre ha sido la misma, que la naturaleza de la mente es clara y apacible.
Nahuel Antu
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