Respira lenta, suave y profundamente ......... exhala.
Reflexiona sobre lo bueno (para recibir las bendiciones) y lo malo (para aprender las lecciones).
Disfruta de lo que tienes, sin importar lo que no tienes.
Aprecia lo que puedas "controlar" (como tu respiración) y no te pongas ansioso por aquello que está fuera de tu alcance.
Recuerda los buenos tiempos (sin melancolía), no los malos.
¡ Te deseamos buenos pensamientos !
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