Continuemos con la profunda comprensión de que nosotros como objetos dentro de lo fenoménico, estamos “siendo vividos” dentro de la totalidad del funcionamiento de la manifestación. El supuesto hecho de que el “yo” es el hacedor no es nada, sino una ilusión.
Las actividades de la vida cotidiana, si se continúan sin un sentido de ser el hacedor, son la mejor preparación posible para que ocurra la iluminación repentina”.
Ramesh Balsekar
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