jueves, 15 de febrero de 2018

Naces solo, mueres solo.


Naces solo, mueres solo. Entre estas dos realidades creamos mil y una ilusiones de estar unidos; toda clase de relaciones, amigos y enemigos, amores y odios, nacionalidades, razas, religiones... Creamos toda clase de alucinaciones para evitar un hecho: estamos solos. Pero hagamos lo que hagamos, la verdad no puede cambiarse. Es así­, y en lugar de intentar escapar de ella, es mejor que disfrutemos con ella.

Disfrutar de tu propia soledad es el propósito de la meditación. El meditador es aquel que profundiza en su propia soledad, sabiendo que nace solo, que morirá solo, y que en lo profundo de su ser está viviendo solo. Luego, ¿Por qué no experimentar en qué consiste esta soledad?

Osho, "El sonido de una mano aplaudiendo"

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