martes, 24 de abril de 2018

¡Todos deberían aprender la historia detrás de este himno, la que lo convierte en un acto de Fé tan extraordinario!

Horatio Spafford y toda su familia habían planificado un largo viaje a Inglaterra y al continente europeo. Él se retrasó, por lo cual su esposa y sus cuatro hijas se le adelantaron hacia Inglaterra a bordo del “Ville Du Havre”. En medio del Atlántico, el navío, se topó con una severa tormenta y se hundió.

Las cuatro hijas de Spafford perecieron en el hundimiento, más su esposa fue rescatada. Cuando llegó a tierra firme, telegrafió las noticias de la tragedia a Horatio, quien todavía se encontraba en los Estados Unidos. A raíz y tocado por la terrible noticia, escribió estas palabras, en respuesta a la trágica pérdida de sus hijas.

Si bien ya estas palabras eran el testamento de su Fe, la historia no termina allí.

Philip Bliss, un compositor y amigo de Horatio Spafford, escribió la música específicamente para las palabras de su amigo, la tituló “Ville Du Havre”.

No bien seca la tinta con que compuso la melodía, Philip Bliss y su esposa partieron en un viaje por el país en tren desde Nueva York. En algún lugar en el medio de Ohio, hubo un terrible accidente de tren. Philip pudo bajar a tiempo del tren, pero su esposa no lo hizo. Así que volvió a buscar a su esposa y sacarla; justo cuando todo el tren estalló en llamas. Tanto Philip Bliss como su esposa perdieron la vida en esa conflagración.

Varios de sus manuscritos se quemaron en el tren. ¡Afortunadamente este no!

Esa es la historia de este himno tan conmovedor.


Y esta es la letra (traducción Google):

“Cuando la paz como un río, participa en mi camino,
Cuando las tristezas como las olas del mar ruedan
Cualquiera que sea mi suerte, me has enseñado a decir
Está bien, está bien, con mi alma
Aunque Satanás debería bucear, aunque las pruebas deberían venir,
Deje que este bendito control de seguridad,
Que Cristo ha considerado mi estado indefenso,
Y derramó su propia sangre por mi alma
Está bien, está bien, con mi alma
Mi pecado, oh, la dicha de este glorioso pensamiento
Mi pecado, no en parte, sino en todo,
Está clavado en la cruz, y no lo soporto más,
Alabado sea el Señor, alabado sea el Señor, o mi alma
Está bien, está bien, con mi alma.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario