Hasta que el hombre encuentre a Dios que es su verdad más íntima, vagará por el desierto de la incertidumbre.
Si cree ser meramente el cuerpo, la mente y la identidad condicionada, un estado que es inestable e incompleto, se volverá propenso a los sentimientos de deseo, egoísmo y miedo.
Y cuando llegue el miedo, su reflejo será golpear y destruir pues se siente vulnerable e inseguro.
Pero cuando madura a un estado más elevado de consciencia,
su reflejo será amar y armonizar y su ser irradiará esto, pues vive en armonía con lo Supremo.
Mooji
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