sábado, 1 de abril de 2017

ÁRBOLES


Los árboles son santuarios. Quien sabe hablar por ellos, quien sabe escucharles, aprende la verdad.

Un árbol dice: mi fuerza es la confianza. No sé nada de mis padres, no sé nada de miles de retoños que todos los años provienen de mí.

Los árboles tienen pensamientos dilatados, prolijos y serenos, así como una vida más larga que la nuestra. Son más sabios que nosotros, mientras no les escuchamos.

Pero cuando aprendemos a escuchar a los árboles, la brevedad, rapidez y apresuramiento infantil de nuestros pensamientos adquieren una alegría sin precedentes.

Quien ha aprendido a escuchar a los árboles, ya no desea ser un árbol. No desea ser más que lo que es.

Herman Hesse

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