A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente: Las Pirámides de Egipto, El Taj Mahal, El Gran cañón, El Canal de Panamá, El Empire State, La Basílica de San Pedro, La Muralla China.
Mientras se hacía la votación el maestro notó que una estudiante permanecía aún callada y no había entregado aún su lista. Así que le preguntó si tenía problema para hacer aún su elección. La muchacha tímidamente respondió:
—Sí, un poco. No podía decidirme pues son tantas las maravillas.
El maestro dijo:
—Bueno, dinos lo que has escrito y tal vez podamos ayudarte.
La muchacha titubeó y después leyó:
—Creo que las Siete Maravillas son: Poder tocar, poder saborear, poder ver, poder escuchar...
Titubeando un poco continuó:
—Poder sentir, poder reír y... poder amar.
Al terminar de leerlas el salón de clase quedó en un silencio absoluto.
La Taberna del Derviche
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