lunes, 9 de abril de 2018

EL MONJE DE LAS MANOS SUDOROSAS...


Kasan, monje y maestro Zen, debía oficiar durante el funeral de un noble famoso. Mientras esperaba a que llegara el Gobernador de la provincia y otras personalidades notables, notó que le sudaban las palmas.

Al día siguiente reunió a sus discípulos y les confió que todavía no estaba listo para ser un verdadero Maestro.

Explicó que todaví­a no se consideraba igual a los demás seres humanos, fueran ellos mendigos o reyes. Todavía no podía pasar por alto los papeles sociales y las identidades conceptuales y ver la igualdad de todos los seres humanos.

Entonces se fue para convertirse en pupilo de otro maestro.

Ocho años después regresó donde sus antiguos alumnos ya iluminado.

"La Nueva Tierra"
Eckhart Tolle


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