El Dr. Rick Strassman encuentra fascinantes coincidencias entre el desarrollo del feto humano y las descripciones del Libro Tibetano de la Muerte: ¿entra el alma al cuerpo humano a través de la glándula pineal?
El doctor Rick Strassman sugiere en su libro DMT: The Spirit Molecule, una fascinante hipótesis: que el alma humana encarna en el cuerpo en la séptima semana después de concepción, utilizando la glándula pineal como canal espiritual y a la molécula dimetiltriptamina (DMT) como un catalizador.
El DMT es una poderosa sustancia psicodélica que se produce de manera natural en la glándula pineal –algo que recientemente se ha comprobado— y podría estar también vinculado con las experiencias cercanas de la muerte (ECM) .
En efecto, una investigación publicada en la revista Biomedical Chromatography documenta la presencia de DMT en las glándulas pineales de ratas vivas. Según los investigadores el descubrimiento de la glándula pineal como fuente de DMT "refuerza la idea del rol de esta enigmática glándula en estados de conciencia inusuales".
La dimetiltriptamina se ha vinculado con la generación de imágenes en los sueños, con los estados de conciencia que generan las experiencias cercanas a la muerte y todo tipo de experiencias místicas.
Lo curioso es que la glándula pineal se hace visible en el feto humano a los 49 días, que es la cantidad de días en los que un alma tarda en reencarnar según el Bardo Thodol (Libro Tibetano de los Muertos). Estas coincidencias han llevado a Strassman a afirmar que el alma encarna en el cuerpo a las séptima semana de embarazo.
Siguiendo los informes de experiencias cercanas a la muerte en los que se describen momentos de conciencia fuera del cuerpo, Strassman teoriza que es el DMT el que hace accesible estos estados de conciencia. En su opinión, La glándula pineal podría actuar como una antena o pararrayos para el alma.
Aunque muchas personas no creen en la existencia del alma, otras consideran que es inmaterial –Platón y los neoplatónicos creen, por ejemplo, que el cuerpo es creado por el alma-. Y hay quien ha conseguido fotografiarla. Rene Descartes, ubicó el asiento del alma, en la glándula pineal, algo que ahora podría verse comprobado.
De todos modos, la coincidencia hallada por Strassman nos asombra.
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