sábado, 9 de marzo de 2019

Se llama calma...


Se llama calma y me costó muchas tormentas. 

Se llama calma y cuando desaparece…. salgo otra vez a su búsqueda. 

Se llama calma y me enseña a respirar, a pensar y repensar. 

Se llama calma y cuando la locura la tienta se desatan vientos bravos que cuestan dominar. 

Se llama calma y llega con los años cuando la ambición de joven, la lengua suelta y la panza fría dan lugar a más silencios y más sabiduría. 

Se llama calma cuando se aprende bien a amar, cuando el egoísmo da lugar al dar y el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma entregándose enteros a quien quiera recibir y dar. 

Se llama calma cuando la amistad es tan sincera que se caen todas las máscaras y todo se puede contar. 

Se llama calma y el mundo la evade, la ignora, inventando guerras que nunca nadie va a ganar. 

Se llama calma cuando el silencio se disfruta, cuando los ruidos no son solo música y locura sino el viento, los pájaros, la buena compañía o el ruido del mar. 

Se llama calma y con nada se paga, no hay moneda de ningún color que pueda cubrir su valor cuando se hace realidad. 

Se llama calma y me costó muchas tormentas y las transitaría mil veces más hasta volverla a encontrar. 

Se llama calma, la disfruto, la respeto y no la quiero soltar…

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