Las plantas, hierbas, arbustos, árboles y todo el reino vegetal, poseen, no solo vida sino alma, espíritu, elemental o una entidad invisible a los ojos de los humanos.
Cuando Charles Webster Leadveater y Annie Besant, publicaron su libro "Los Elementales", a mediados del siglo veinte, donde afirman que las plantas tienen una entidad elemental o espiritual, muchos críticos, entre ellos destacados científicos, llegaron a tildarlos de locos.
Sin embargo, en la década de los ochenta, biólogos canadienses experimentaron, cómo las plantas responden positivamente a los estímulos (caricias) prodigados por los humanos.
También tienen razón nuestros aborígenes de toda América cuando solicitan permiso al espíritu elemental y luego arrancan una planta o cortan sus ramas para preparar un brebaje con fines medicinales.
De este conocimiento primero INTUITIVO y ahora ya más demostrado "científicamente" (gracias a Dios), nace el respeto que debemos tener por la Madre Naturaleza.
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