Decir que alguien debe hacer esto o aquello, que tales individuos deben enfrentar esto o lo otro, que la gente debe ir hacia allá o hacia acá; es anteponer "su" ego a lo que nunca ocurrirá.
¿De dónde surge eso?,
¿Cuál es el apuro?,
¿Para qué?... para satisfacción del ego solamente.
Es el ego el que encuentra todo catastrófico. Es el ego el insatisfecho. Es el ego el desilusionado. Es el ego el que quiere que se "deba".
"Soy la solución; he pensado, he experimentado", creyéndose que uno lo sabe todo, que puede dar directrices, que puede orientar y ordenar el mundo, después de hacer mixturas, avaladas por años de estudios, acumulación de cartones y miembresías, después de tanto, tanto conocimiento conjugado, denunciando y desenmascarando sistemas; es la fiebre en la que caen TODOS los egos, esos que abarrotan los escaparates comerciales de templos y foros de "desarrollo humano", ofreciendo a diestra y siniestra la orden del día.
Es muy sencillo: nadie NUNCA hará nada de lo que se debe, porque, aparte de que TODO se juzga, NADIE quiere ser sometido a NADA.
NINGUNO de aquellos que predican, tiene la sabiduría de empezar por si mismo, comprendiendo que él va tan al lado, tan al mismo ritmo del que quiere llevarse consigo, pues se le denota claramente que no le sale desde el corazón, desde el espíritu, desde el amor. Le sale desde la estructura, desde los condicionamientos, desde donde todo se "debe".
Mario González
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