¿Por qué no empezar con darnos cuenta que lo que llamamos “problemas”, no son otra cosa que eventos externos a los cuales nuestra mente etiqueta de esa manera?
Los mismos se han sucedido, se suceden y se seguirán sucediendo, sin importar cual sea nuestro estado de ánimo respecto a ellos.
Cuando nos demos cuenta de esto, habremos quitado la mitad (al menos) de la carga negativa que significa la etiqueta “problema” y en la misma medida habremos recuperado parte de nuestra Paz; la cual nos llevará a encontrar la solución al resto de los eventos que nos queden y los cuales estén en nuestras manos solucionar.
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