“Hace mucho tiempo vivió en El Cairo un derviche extremadamente pobre que tenía el don de sanar algunas enfermedades, por lo que en cierta ocasión un sacerdote muy vanidoso se le acercó y le dijo:
- Si realmente eres capaz de hacer milagros, ¿por qué no haces uno contigo para mejorar tu situación?
A lo que el derviche contestó:
- ¿Y quién te ha dicho a ti que mi pobreza es una enfermedad y tu riqueza es una virtud?”
99 Cuentos y Enseñanzas Sufíes. Ediciones Almuzara.
Manuel Fernández Muñóz
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