El lado oscuro de la sombra no constituye una adquisición evolutiva reciente
fruto de la civilización y de la educación,
sino que hunde sus raíces en la sombra biológica que se asienta en nuestras mismas células.
A fin de cuentas, nuestros ancestros animales consiguieron sobrevivir
gracias a sus uñas y sus dientes.
Nuestra bestia -aunque se mantenga enjaulada la mayor parte del tiempo- permanece todavía viva.
Muchos antropólogos y sociobiólogos creen que la maldad humana es
el resultado de refrenar nuestra agresividad,
de elegir la cultura sobre la naturaleza y
de perder el contacto con nuestro estado salvaje.
Carl Jung - "Encuentro con la sombra"
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