Cuando el arquero dispara porque sí, está en posición de toda su habilidad.
Si está disparando por ganar una hebilla de bronce, ya está nervioso.
Si el premio es de oro, se ciega o ve dos blancos... ha perdido la cabeza.
Su habilidad no ha variado, pero el premio lo divide.
Está preocupado.
Piensa más en vencer que en disparar... y la necesidad de ganar le quita poder".
... el desempeño del deportista adquiere niveles de real maestría justamente cuando logra olvidarse del objetivo final de la competencia, una vez internalizado un nivel superlativo de habilidad y dominio técnico, el cuerpo pareciera actuar por sí solo... removido el obstáculo de la mente, desde una concentración absoluta, deja de competir y comienza a jugar.
El jugador es el juego.
"El Camino de Chuang Tzu"
No hay comentarios:
Publicar un comentario