Mucha tienda, poca alma.
Quien tiene mucho adentro, necesita poco afuera.
Quien lleva mucho afuera, tiene poco adentro, y quiere disimular lo poco.
Quien siente su belleza, la belleza interior, no busca afuera belleza prestada: se sabe hermosa, y la belleza echa luz.
Procurará mostrarse alegre, y agradable a los ojos, porque es deber humano causar placer en vez de pena, y quien conoce la belleza la respeta y cuida en los demás y en sí.
Pero no pondrá en un jarrón de China un jazmín: pondrá el jazmín, solo y ligero, en un cristal de agua clara.
Esa es la elegancia verdadera: que el vaso no sea más que la flor.
Y esa naturalidad,
y verdadero modo de vivir,
con piedad para los vanos y pomposos,
se aprende con encanto
en la historia de las criaturas de la tierra.
José Martí
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