viernes, 4 de enero de 2019

- Lo siento, acá NO VENDEMOS PADRES...


En cierta ocasión, una pareja entró en el mejor comercio de juguetes de la ciudad.

Ambos se entretuvieron mirando los muñecos alineados en las estanterías. Había de todo tipo y no llegaban a decidirse, por lo que se les acercó una dependienta para ver si podía ayudarles:

- Mira - le explicó la mujer - Tenemos una niña muy pequeña, pero estamos casi todo el día fuera de casa, y a veces, cuando regresamos, ella ya se ha acostado.

- Es una cría que apenas sonríe - continuó el hombre - Por eso quisiéramos comprarle algo que la hiciera feliz, algo que le diera alegría incluso cuando esté sola.

- ¡Lo siento! - contestó la dependienta con gentileza - Pero aquí no vendemos padres."

Extracto del libro de Bruno Ferrero:
"La silla vacía y otras historias"

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