Un padre ausente, en el caso de una niña, recibe un mensaje de “te abandono porque no vale la pena quedarme a tu lado, no eres suficiente, para estar a tu lado”.
Este tipo de padre ausente genera hijas necesitadas de una pareja, pero que a la vez tienen miedo al abandono, así que se apegarán a su pareja de manera obsesiva y asfixiante, de manera que tarde o temprano la pareja sí se irá. Del mismo modo buscarán personas poco comprometidas y de antemano saben que las abandonarán.
El padre ausente no logra enseñar al niño a “ser padre” (no biológicamente, pues eso se da de forma natural), sino social y antropológicamente.
El niño que no sabe “ser padre”, no sabrá cuidar, proteger y será, presumiblemente más violento, más antisocial.
¿No será que la violencia doméstica que se ve hoy, quizás tiene su raíz en el síndrome del padre ausente?
¿No serán esos hombres violentos, hijos sin padre, cómo tantos niños de ahora, que nunca han aprendido el verdadero rol del hombre y del padre en la familia?
¿No serán esas niñas sin padre, las que adoptan posturas humillantes con tal de no perder sus parejas y así sentirse menos inseguras, que a la postre incitan a los niños sin padre, a que ejerzan la violencia en contra de ellas?
Fuentes: José Domínguez (psicoterapeuta), papasporsiempre.cl
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