Un padre o madre ausente, no solo es el que físicamente no está, porque aun estando presente, es el que no desarrolla un rol de guía, de mentor, de orientador, de factor de seguridad y estabilidad con el niño y la familia. Es el que con el rol que desempeña, no crea vínculos seguros y afectivos con el niño.
Muchos padres y madres no imaginan el daño que puede causar en la vida del menor que ellos no estén presentes en los diversos procesos de su vida. La especialista señala que la primera necesidad de un niño es sentirse amado, pero además necesita de apego, de vínculos seguros, de ser atendido y orientado.
Si esto no lo tiene, se produce una desprotección psíquica que influye no solo en su estabilidad emocional, también en su seguridad y deseos de salir a aprender de ese mundo complejo en el que se tiene que integrar.
Muchos expertos señalan que existen los padres y las madres que están cerca corporalmente, pero alejados en su totalidad en el aspecto emocional. Las excusas como “paso demasiado tiempo en el trabajo” o “estoy muy cansado”, a la larga generarán heridas en tus hijos.
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