Corría el 15 de junio de 1608, cuando en capitán de origen inglés Henry Hudson escribía en cuaderno de bitácora después de navegar próximo a la la coste norte rusa: “Esta mañana, uno de nuestra tripulación vio una sirena por la borda. Los marineros Thomas Hilles y Robert Raynar dijeron que, aunque el cuerpo era grande como el de un hombre, tenía espalda de mujer y senos, piel pálida, cabello largo y negro y cola de delfín moteada como una caballa”.
El enorme poder seductor de los Cantos de Sirenas, se recrea en nuestro mundo "moderno", a través del hechizo que ejerce en nosotros la tecnología.
No hay comentarios:
Publicar un comentario