Hay algo sagrado, insondable que se puede descubrir en las profundidades de tu Ser, más allá de los conceptos, más allá de los dogmas, más allá de la actividad condicionada y todas las preferencias.
No es lo adquirido por técnicas, rituales o prácticas.
No hay un "cómo" para obtenerlo.
No hay sistema.
No hay forma de ir a “el Camino”.
Como dicen en Zen: “estas descubriendo tu cara original antes de que nacieras”.
No se trata de agregar más a ti mismo.
Es convertirse en Luz hacia uno mismo; en una Luz que disipa la ilusión del yo.
La vida siempre permanecerá incompleta y el corazón siempre permanecerá inquieto hasta que descanse en ese misterio más allá del nombre y la forma.
Samadhi.
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