Podríamos decir que el “sándwich mixto” es un plato mediocre, no malo, sino ME-DIO-CRE, según la definición de la RAE: “de poco mérito”.
Ahora olvide el sándwich y mire hacia el despacho de su jefe. Ahí lo tiene.
Piense en el profesor de sus hijos o ponga un rato las noticias y fíjese en nuestros políticos.
Incluso en la última película de moda o el disco más vendido.
El último best seller…
¿No me diga que no le sabe todo a jamón y queso?
Bienvenidos a la dictadura de lo mediocre.
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