Para que los mercaderes (Revolución francesa) pudieran hacerse con el Poder, no sólo tenían que hacer rodar las cabezas de los reyes y destruir la monarquía, sino que tenían una tarea aún mayor, borrar de las mentes del "pueblo", la ideología que la sustentaba, la CRISTIANDAD.
Para ello crean el laicismo y con ello amputan ese valor trascendental (no material) de la sociedad, la cual reemplazan poco a poco, por el nuevo “dios”… el dinero; y ese es el inicio de la decadencia de Occidente, porque se fue convirtiendo en una civilización sin Alma.
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