Eso pasa cuando como humanos nos hemos dedicado a profundizar y justificar nuestros odios, en este caso raciales, en vez de promover sentimientos positivos, de unidad y de amor.
Pasa en casi todo ámbito social: por religiones, por deporte, por falso sentido de la belleza de cara y cuerpos, por ideologías políticas, etc.
Este señor es tan solo el resultado de muchos siglos del alimento de la odiosidad racial entre humanos. Se le puede echar del avión, incluso se le puede poner en una lista negra para que no se vuelva a subir a un avión... pero con ello sólo estamos poniéndole una curita a una herida mortal que necesita urgente de cirugías profundas.
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