Su raíz lingüística viene de la palabra francesa “soror”, que no es otra cosa que HERMANDAD; pero la feminista mexicana Marcela Lagarde (1948) prefirió este galicismo a la palabra castellana… ¡ vaya usted a saber porque !, quizás la palabra “hermandad” le pareció demasiada masculina, para aglutinarse en torno a ella... la verdad es que no lo sé.
Como todo lo que toca el feminismo radical y totalitario, se ha convertido este "término" en una variante “moderna” de la “Ley de la omertá” de la mafia… en donde si no secundas lo que piensan, dicen o actúan tus correligionarios, se te considera un transgresor y por ende, dejas de ser “miembro de la “familia” y arriesgas serias consecuencias personales por ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario