dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que se va.
Aceptar algo, no significa aprobarlo en un sentido intelectual,
por ejemplo, puedo ser víctima de una injusticia, puedo asumir que eso ha sido así, puedo asumir las vivencias y emociones que eso ha despertado en mí y asumir la condición humana tal y como es, pues es inevitable que haya este tipo de injusticias; lo que no significa que necesariamente apruebe esa conducta, desde un punto de vista intelectual.
Incluso puedo llevar a cabo acciones para modificar eso que estoy aceptando, o sea, que si es una conducta que puede ser condenada, la condene. Tampoco tiene nada que ver con la resignación a los hechos que aceptamos.
Esta disposición activa es perfectamente compatible con aceptar que aquí y ahora, lo que es - es lo que es.
Puedo intentar cambiar una situación,
sin resistirme a experienciar esa situación en el presente.
REFLEXIONANDO a partir de Mónica Cavallé.
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