Cuando dejas de sentir carencias,
todas las cosas vuelven a tí.
Cuando cesas de pelearte con el mundo,
todos se acercan para hablarte de amor.
Cuando aceptas, transformas.
Cuando te vuelves blando como el agua,
penetras todos los poros de la tierra.
Cuando dejas ir lo que no es para tí,
ese vacío atrae lo que realmente te pertenece.
Cuando te pierdes, te encuentras.
Cuando renuncias a la guerra, ganas la batalla.
Cuando aquietas tu mente,
todo un universo se pone a tus pies.
Cuando no te apresuras,
todo se acerca hacia tí.
Cuando dejas de querer controlar,
el mundo se acomoda a sí mismo.
Cuando eliges no reaccionar,
cambia el resultado .
Cuando aceptas los cambios y la incertidumbre,
dejas de sufrir.
Cuando te vuelves humilde,
el mundo te pertenece.
Cuando te encuentras a tí mismo,
cesa la búsqueda.
Cuando te vuelves consciente,
aparece tú Yo Interno.
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